El lunes transcurrió todo con normalidad, pase por ella, fuimos al gimnasio, nos acostamos tranquilamente, pero el martes fue diferente, primero que nada cuando pase a recogerla traía una bolsa negra, yo no quise decirle nada ya que ella siempre me contaba todo e incluso cuando no me conto imagine que eran cosas del trabajo así que no les di la menos importancia.
El viernes me envió un mensaje, que no pasara por ella que iba a salir
con sus amigas, en toda la noche no supe de ella al punto que me quede dormido
y ya cuando desperté ella estaba a mi lado, el sábado de nuevo salió con sus
amigas y eso se me hizo ya algo extraño pero cuando estás acostumbrado a
confiar en una persona intentas no prestarles atención, justificar lo que está
sucediendo, igual y quiere pasar más tiempo con sus amistades, pero nuevamente
ocurrió lo mismo las siguientes dos semanas y fue cuando le reclamé justo antes
de salir el sábado, pero ella me dio un beso en la boca y me dijo:
-¿Qué pasa amor?, lo peor que podría pasar es que otro me estuviera
cogiendo, ¿eso te molestaría?, ya no hagas berrinche, te amo- me dio un beso y
se fue
Ella tenía razón, al contrario, era excitante la idea, solo era extraño
que no me informara, esa noche la espere acostado en el sofá de la sala y mi sorpresa al verla llegar fue que estaba
toda desarreglada, traía unos tacones rojos, medias blancas, una minifalda roja
y una blusa blanca que notaba mientras se quitaba la gabardina, me excite de
sobremanera, pensé en decirle algo pero me estaba haciendo el dormido y
esperaba que ella me despertara pero se metió a bañar, cuando salió se acostó
en la cama y se quedó dormida mientras yo aproveche para revisar su ropa en el
cesto de basura y notar como toda estaba sucia, llena de manchas blancas, me
saque la verga y amarre la tanga a mi pene mientras me la jalaba.
Quería decirle algo, pero el hecho de que me lo escondiera se había
vuelto algo excitante, el domingo no le dije nada hasta que de pronto una
sorpresa, Ana me había escrito.
-No vayas el jueves a trabajar-
--¿Por qué?— le contesté pero ya no respondió, lo estuve pensando
detenidamente y al final decidí reportarme enfermo, lleve a mi
mujer a trabajar y me regrese a la casa ese día, le envié un mensaje de que me había
quedado en casa a Ana y me quede esperando.
Transcurrió todo el día y pensé que habría sido mejor irme a trabajar
pero a eso de las 12 tocaron a la puerta, era Julián y Ana, me quede
completamente sorprendido porque no sabían dónde vivía o al menos yo no les
había dicho, traían unas bolsas negras, se metieron a la recámara y las
vaciaron sobre la cama.
Tangas, medias, zapatos de tacón, varios trajes sastre de falda y saco
que me presumió Ana que los habían llevado con una costurera para hacerlas más
cortas y mucho más corta de la parte de atrás, varios babydoll, un disfraz de
enfermera, de sirvienta, uno tipo militar, dos trajes de baño de esos de tanga.
Entonces empezaron a vaciar su closet y echar en bolsas todo lo que
estaba en su closet, yo estaba todo sacado de onda y les dije que no podían hacer
eso, Julián me dijo que me callara y no dijera nada y yo obedecí cual pendejo.
Cuando terminaron Julián se fue y Ana me dijo que trajera mi lap, eso hice
y metió una usb.
-Cornudito, sabes que fue tu elección todo lo que paso ese día,
¿verdad?-
--Si—
-Y que pensaste al respecto, ¿van a ser nuestros esclavos?-
--No lo sé, estuvo bien lo que paso en la calentura pero no es algo que me
guste—
-y entonces ¿porque no fuiste a trabajar?- me quede completamente
callado, no sabía que decir y ella continuó –creo que te dejamos elegir y tu
elegiste ser nuestro esclavo y es justo que le diéramos la misma oportunidad a
Diana-
--¿a qué te refieres?—
Ella reprodujo un video en la lap y pude ver que era la oficina donde
trabaja mi esposa, entonces lo pauso y saco su celular mostrándome una
conversación.
-Hola diana-
--¿quién eres?—
-Soy Ana, del sábado- se tardó unos minutos en contestarle pero al final
le respondió
--perdona, ahorita estoy ocupada—
-olvidas que prometiste ser mi esclava, creo que tienes que aprender una
lección putita, abre tu face-
--no puedo abrirlo—
-solo búscate-
--Por dios, quita esa foto—
-quiero que me pases tu ubicación, vamos a ir a visitarte, el tiempo que
te tardes en pasarme la ubicación es el tiempo que estará esa foto de perfil,
de hecho sabes que, ya me aburrió, mejor esta-
Y le enviaba una captura de pantalla de su face con una foto de perfil
donde ella estaba sentada en una silla en un bar con las piernas abiertas.
--Por favor quítala, alguien puede verla—
-ya te dije cómo hacer para que la quite-
--no te voy a pasar mi ubicación—
-entonces ahí se quedara la foto-
De pronto llego el mensaje de su ubicación, supongo que quito la foto
porque su siguiente mensaje era media hora después de una foto del lugar de
trabajo de mi mujer
-baja, vamos a comer-
Entonces quito su celular y corrió el video donde se ve como mi mujer
sale de la oficina y va hacia ella que está afuera del coche, entonces Julián baja
el celular pero sigue grabando, ya no veía pero se escuchaba el ruido, llegaron
a un sitio de comida y le dijeron que pidiera lo que quisiese.
--¿Cómo se metieron a mi face?—
-No te acuerdas Diana tu misma me diste tu celular, lo único que hice
fue cambiar tus contraseñas- le contestó Ana
--No me acuerdo de eso, ¿Qué es lo que quieren?—
-Primero que nada darte esto, eran unos billetes, son por ser tan buena
puta-
--¡No lo quiero!—
-Diana, tu marido sabes que es un cornudo y un esclavo a mas no poder el
maricón y tú eres la puta más rica que me he cogido, queremos que ambos sean
nuestros esclavos pero esa es tu elección, si aceptas haremos un contrato en el
que serán nuestros esclavos por un año, y en tu caso serias socia con nosotros
en el bar por eso es el dinero, es la tercera parte de las ganancias de ese
día, si dices que no, ahora mismo te regresamos tu cuenta de face, simplemente
la ocupamos para convencerte de que vinieras a platicar con nosotros y si eres
la zorra que imagino, seguramente ver esa foto en tu perfil te dejo empapada la
concha, en caso contrario esta sería la última vez que nos vemos- le comentó
Julián
--Regrésenme mi cuenta—
-Toma este pequeño obsequio y eso sería todo entonces- fueron las
últimas palabras que mencionó Julián y de ahí supuse que lo que le había dado
era la bolsa negra que ella había traído ese día.
-Ahhhhhh-
Fue el último ruido que se escuchó en el video
-¿Qué paso ahí?- pregunté
--Ja ja, Julián se levantó de su lugar y se puso al lado de tu mujer
mientras le daba la bolsa y entonces la agarro del cabello y le mordió la oreja—
-¿y qué pasó?-
---la dejamos en su trabajo y nos fuimos—
-y ¿Por qué están aquí?-
--jaja conoces a tu mujer y ¿aun así preguntas?--
Saco su celular y me mostró como ahora era mi mujer la que le escribía.
-¿Si acepto a que estaría obligada?-
Yo Diana XXX XXX acepto ser esclava de Julián y Ana del XX de XXX al XX
de XXX, a partir de este momento pierdo todos mis derechos como persona y debo
obedecerlos en todo aquello que no afecte mi ámbito laboral, fuera de este
cualquier cosa esta permitida.
1. Mis redes sociales le pertenecerán
a Ana durante este periodo
2. Vestiré como ellos me digan que vista
3. Sin importar la hora a la
que me llamen deberé estar disponible
4. Cogeré solo con quien ellos
digan
5. Obedeceré todas sus órdenes
-¿Y Joel?-
--Jaja, él ya es nuestro esclavo putita, pero tienes prohibido comentarle,
será una sorpresa para tu esposo—
Mi mujer ya no contestó y ellos tampoco yo quería pensar que ahí había
quedado todo pero sabía que no podía ser así y entonces fue cuando el día viernes
mi esposa le envió mensaje.
-Traigo puesta la tanga negra que trae la abertura en los labios-
--¿Te pusiste el aceite?—
-Si-
--¿Cómo te sientes?—
-Estoy muy caliente-
--¿entonces?—
-Acepto-
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